Juan Acha en sus
segundo capitulo de Critica de Arte nos plantea que existen diferentes capas de
realidad en la observación y comprensión de la obra de arte, existen diferentes
percepciones históricas, desde la apreciación del plano semántico, compositivo
y luego lo pragmático. Todo esto me hace surgir dudas, ¿qué es lo que podemos
observar y que nos interesa observar en la que fue la exposición arte40? Más
allá de las implicaciones políticas hacia la escuela que pueda tener, ¿qué
tiene que ofrecer la obra presentada y porque era necesario que una institución
educativa artística tuviera que albergar (avalar) dicha exposición?. Una vista
rápida nos plantea respuestas inmediatas que bien pueden ser debatibles, pero
que por el momento nos funcionan; mencionemos bien primero la falta de una
curaduría sería, a pesar de que se supone curadores de museos importantes como
en MUNAL fuerón invitados a ser parte del jurado y de la museografía las obras
están en completo desorden, acomodadas seguramente en función de hacer el
espacio funcional, más que de crear una línea de conversación entre las obras,
esto deja mucho que desear y demuestra que aunque el premio de doscientos mil
pesos sea bastante grande, lo que les interesa no es realmente crear nuevos
diálogos del publico hacia el arte. La obra expuesta, es por convocatoria (una
Express en la cual simplemente veían la pieza y decían si o no en menos de
quince minutos), la calidad de los trabajos deja mucho que desear, una sección
fue creada especialmente para los radioescuchas que no son profesionales del
arte sin embargo los que si lo son, mucha obra dista de ser una propuesta real,
sino más bien un entendimiento muy “villamelón”, reiterativo y cliché del arte,
sin afán de ofender, es arte de casa de cultura.
Ante tal escenario, hay
sin duda propuestas que sobresaltan y se miran interesantes, aunque pocas, hay
dibujos y pinturas que técnica y conceptualmente son bastante más analizables
que la mayoría de las piezas exhibidas, aún así y con toda la afluencia de
gente que goza la expo (hay bastantes comerciales en el radio anunciándola) es
una exposición mediocre, justamente parafraseando a Acha, la realidad visual le
gana por creces a la conceptual, por más que quieren hacer creer que nos
“trajerón arte de calidad” como aseveró un patético personaje televisivo y
conductor del programa de radio que auspicia la expo, es imposible no ver las
fallas y la pésima calidad de la obra, una obra que es creada en un
desconocimiento terrible. Era necesaria la entrada de una entidad como La
Esmeralda para intentar dar prestigio a este juego, incluso el ganador del
premio fue un ex alumno de la escuela (una de las obras decentes), esto genera
más dudas, no se puede dudar de la calidad de la obra, sin embargo siempre
estará la pregunta si, dado el escandalo que ocurrió dar el premio a un
Esmeraldino fue un intento de acallar las voces que se levantarón quejosas ante
la invasión de los espacios expositivios, esto posiblemente no lo sepamos
nunca.
Eduardo Salazar Martínez
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