martes, 3 de diciembre de 2013

Arte 40 en La Esmeralda: Arte de fácil digestión



Juan Acha en sus segundo capitulo de Critica de Arte nos plantea que existen diferentes capas de realidad en la observación y comprensión de la obra de arte, existen diferentes percepciones históricas, desde la apreciación del plano semántico, compositivo y luego lo pragmático. Todo esto me hace surgir dudas, ¿qué es lo que podemos observar y que nos interesa observar en la que fue la exposición arte40? Más allá de las implicaciones políticas hacia la escuela que pueda tener, ¿qué tiene que ofrecer la obra presentada y porque era necesario que una institución educativa artística tuviera que albergar (avalar) dicha exposición?. Una vista rápida nos plantea respuestas inmediatas que bien pueden ser debatibles, pero que por el momento nos funcionan; mencionemos bien primero la falta de una curaduría sería, a pesar de que se supone curadores de museos importantes como en MUNAL fuerón invitados a ser parte del jurado y de la museografía las obras están en completo desorden, acomodadas seguramente en función de hacer el espacio funcional, más que de crear una línea de conversación entre las obras, esto deja mucho que desear y demuestra que aunque el premio de doscientos mil pesos sea bastante grande, lo que les interesa no es realmente crear nuevos diálogos del publico hacia el arte. La obra expuesta, es por convocatoria (una Express en la cual simplemente veían la pieza y decían si o no en menos de quince minutos), la calidad de los trabajos deja mucho que desear, una sección fue creada especialmente para los radioescuchas que no son profesionales del arte sin embargo los que si lo son, mucha obra dista de ser una propuesta real, sino más bien un entendimiento muy “villamelón”, reiterativo y cliché del arte, sin afán de ofender, es arte de casa de cultura.
Ante tal escenario, hay sin duda propuestas que sobresaltan y se miran interesantes, aunque pocas, hay dibujos y pinturas que técnica y conceptualmente son bastante más analizables que la mayoría de las piezas exhibidas, aún así y con toda la afluencia de gente que goza la expo (hay bastantes comerciales en el radio anunciándola) es una exposición mediocre, justamente parafraseando a Acha, la realidad visual le gana por creces a la conceptual, por más que quieren hacer creer que nos “trajerón arte de calidad” como aseveró un patético personaje televisivo y conductor del programa de radio que auspicia la expo, es imposible no ver las fallas y la pésima calidad de la obra, una obra que es creada en un desconocimiento terrible. Era necesaria la entrada de una entidad como La Esmeralda para intentar dar prestigio a este juego, incluso el ganador del premio fue un ex alumno de la escuela (una de las obras decentes), esto genera más dudas, no se puede dudar de la calidad de la obra, sin embargo siempre estará la pregunta si, dado el escandalo que ocurrió dar el premio a un Esmeraldino fue un intento de acallar las voces que se levantarón quejosas ante la invasión de los espacios expositivios, esto posiblemente no lo sepamos nunca.

Eduardo Salazar Martínez

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